Muchos de nosotros estamos demasiado cómodos con la vida tal y como la conocemos. Enfrentarnos a nuestro problemático gobierno e intentar cambiarlo significaría hacer tambalear el barco y quizá incluso ponernos en el punto de mira de los políticos, las redes sociales y los medios dominantes.
“Si la gente no tiene el gobierno que quiere”, escribió el escritor Wendell Berry en su libro “El arte de cuidar la casa común”, “entonces tendrá un gobierno que deberá cambiar o soportar”.
Berry escribió que arreglar un mal gobierno no solo se consigue mediante protestas políticas y presiones a los líderes gubernamentales; se consigue cuando nosotros, como individuos, tomamos el toro por los cuernos y reconstruimos localmente, haciendo una pequeña cosa cada vez para restaurar los cimientos perdidos:
“Vamos a tener que reconstruir la sustancia y la integridad de la vida privada en este país. Vamos a tener que recoger los fragmentos de conocimiento y responsabilidad que hemos repartido entre las oficinas, las empresas y los especialistas, y vamos a tener que recomponer esos fragmentos en nuestras propias mentes y en nuestras familias, hogares y vecindarios. Necesitamos un gobierno mejor, no cabe duda. Pero también necesitamos mejores mentes, mejores amistades, mejores matrimonios, mejores comunidades.
Necesitamos personas y hogares que no tengan que esperar a las organizaciones, sino que puedan hacer los cambios necesarios en sí mismos, por sí mismos”.
Entonces, ¿Cómo podemos nosotros, los pequeños, fomentar mentes, amistades, matrimonios y comunidades mejores que produzcan los cambios que necesitamos?
Me gustaría conocer tu pensamiento.
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