Tu manera de pensar y tu actitud tienen efectos en tu vida, en tu desempeño y en tu forma de ver las cosas.
Se trata de entender que, aunque seamos muy buenos en algo, no lo sabemos todo y que seguir aprendiendo es esencial para no quedarnos atascados en el mismo lugar.
Tener una mentalidad de éxito es más importante de lo que crees. Esto es lo que puede ayudarte a ser más resiliente, a esforzarte, a estar motivado, a tener una actitud que te ayude a crecer o incluso a aprender de los errores y a no dejarte derrotar por un rechazo o por una equivocación.
Cuando eres negativo, por ejemplo, toda tu atención se enfoca en lo que sale mal, lo que no tienes, lo que te falta o en tus “fallas”, y puede parecer que eso es enorme y que en realidad no hay nada bueno en tu situación, y eso evita que puedas encontrar el aprendizaje o que encuentres la motivación para superar eso que te pasa.
Tchiki Davis, MA y PhD, del Berkley Well-Being Institute, dice que la mentalidad de éxito es la que nos ayuda a avanzar, a cambiar, a crecer y a mejorar, ya que es la “creencia de que nuestras habilidades básicas pueden desarrollarse y mejorarse mediante dedicación y trabajo duro”.
Esta mentalidad nos lleva a querer tomar cada reto e intentar superarlo, y a darnos cuenta de que tenemos más control sobre nuestros propios caminos al éxito de lo que pensamos. Y no es que una buena actitud sea todo lo que necesitas para lograr lo que quieres, pero es una de las bases más importantes y por eso hay que aprender a construirla, tanto en el trabajo como en las relaciones y la vida personal.
La mentalidad de éxito y cómo construirla para triunfar en la vida
Define qué es éxito para ti.
Lo primero que hay que hacer es entender qué es lo que cada uno entiende por éxito, qué es lo que se quiere conseguir y a dónde se quiere llegar, ya que esto es lo que va a determinar cuáles deben ser tus metas, qué acciones necesitas tomar y cuáles son las cosas que no son negociables dentro de este concepto de éxito.
También ayuda a entender que no todo el éxito se tiene que ver igual y que no todos debemos tener las mismas prioridades, tiempos o procesos.
Busca un propósito y establece metas
La psicología ya dijo que tener un propósito y metas por las que luchamos es muy importante para que podamos ser felices, pero no es solo para eso. Tener un propósito nos da una razón para hacer las cosas, para no tirar la toalla y para seguir haciendo un esfuerzo, mientras que las metas son esenciales para poder establecer prioridades y entender qué es lo que necesitamos hacer y cuáles son las principales prioridades que nos van a llevar a donde queremos estar.
Se vale tener una meta grande, pero también hay que tener algunas pequeñas para ir desarrollando, y es importante que sean realistas, ya que tener una meta inalcanzable puede causar mucha frustración, ansiedad y desesperación cuando no se logra.
Usa las críticas como retroalimentación
La mentalidad de éxito y de crecimiento nos dice que las críticas no deben ser tomadas como excusas para renunciar, para dejar de hacer lo que nos gusta o para dejar de intentar, más bien hay que tomarlas como retroalimentación, como puntos de los que podemos descubrir cosas en las que hay que trabajar, fortalecer o mejorar.
También hay que tomarlas como motivación, como algo que nos haga luchar todavía más para demostrar lo contrario a lo que esos críticos estrenos piensan.
Enfócate en el proceso, no solo en los resultados
Davis explica que la mentalidad de éxito nos ayuda a reconocer y a valorar el proceso, a entender que no solo hay que obsesionarse con el resultado o con llegar a cierto punto, sino que hay que estar presentes en el momento y vivir el proceso, ya que esto ayuda a aprender y a mejorar.
Cuando toda la atención está en la meta final, entonces se pueden cometer más errores en el proceso y te puedes perder de cosas importantes que van sucediendo en el camino.
Acepta los errores y las imperfecciones
Por un lado, Davis dice que nuestras imperfecciones son lo que nos hace únicos y diferentes a los demás, así que hay que encontrar la forma de usarlas a nuestro favor, en lugar de intentar esconderlas.
Por otro lado, todos los expertos dicen que los errores son parte de la vida y de todos los procesos, le pasa hasta a los mejores y a los más exitosos, así que no hay que huir de ellos u obsesionarse con la idea de que no se deben cometer. Más bien hay que identificar de dónde vienen, qué los causó, cómo se pueden solucionar y qué lecciones hay en ellos.
Busca desarrollar tus habilidades
La mentalidad de éxito también dice que siempre hay lugar para crecer y para desarrollarnos.
Esto implica, por ejemplo, no quedarnos con lo que sabemos o tenemos, sino buscar constantemente formas de mejorar las habilidades, de expandir el conocimiento, de aprender cosas nuevas y de entender lo que no sabemos o conocemos.
Se trata de entender que, aunque seamos muy buenos en algo, no lo sabemos todo y que seguir aprendiendo es esencial para no quedarnos atascados en el mismo lugar.
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