¿Te ha sucedido que lamentas no haber podido comunicar tus ideas después de haber sostenido una simple conversación?; imagínate no hacer click con una audiencia que espera mucho de ti al frente de un auditorio.
Te ofrecemos este importante artículo que puede convertirse en una guía para que puedas comunicar claramente tu mensaje de una manera que influya en los demás.
Si eres líder o empresario, y tienes algo de gran valor que debas ofrecer, pero nadie entiende su real valor, puede estar perdido.
Priestley describe en un orden lógico la forma en que debes compartir tus ideas con los demás de manera que les permita seguir tu visión.
1. Se claro y creíble
Tu discurso debe ser claro para el público. Ellos necesitan entender quien eres y por qué vale la pena escuchar. Si las personas no piensan que eres creíble, en los primeros segundos ya habrán perdido su interés.
El primer consejo que te damos para lograrlo es que tengas confianza en ti mismo, no puedes esperar que seas fiable para los demás si tú mismo no te lo crees. Un tono de voz inseguro no te llevará muy lejos. Prepárate, y ante todo ten muy en claro la idea que quieres compartir.
Por otra parte Joel Garfinkle aconseja usar un lenguaje sencillo y directo, involucrar a tus oyentes en la conversación , hacer preguntas, escuchar opiniones solicitar su retroalimentación.
2. Articula el problema
La gente no “compra nada” a menos que esto resuelva un problema. Puede que las personas no lo vean de esa manera, y que lo que estén viendo sea una necesidad o un deseo. Pero la verdad es que sólo “compran” o prestan atención si les estas ofreciendo la respuesta a una necesidad no satisfecha.
De nada sirve tener una idea que no resuelva un problema de una mejor manera a la ya existente. Al exponerla, ten muy en claro cuál es el problema y cómo lo estás resolviendo.
3. Evalúa el impacto del problema
Será muy útil que demuestres cómo el problema tiene impacto en más áreas de las que primero se podría pensar. Necesitas proyectarlo al futuro y determinar qué otros problemas surgirían si no se resuelve desde ya. Para que tu discurso tenga valor la gente necesita ver que tu idea tiene una visión.
Por ejemplo, si tu idea resuelve un problema de servicio al cliente, la manera que puedes abordarlo es como consumidor, y la mala experiencia por la cual has pasado gracias a un pésimo servicio, este podría ser mejorado gracias a las contribuciones que ahora estás ofreciendo.
Por otro lado, si tu campo es referente a la tecnología, podrás exponer cómo has descubierto una manera de utilizar o crear tecnología que está resolviendo un problema real o está ofreciendo un nuevo beneficio para las personas. Conoces tu nicho tan bien que has llegado a saber cómo deben hacerse las cosas mejor, más rápido, más barato y más eficiente.
4. Da solución al problema
Expresa clara y libremente la manera en que estás dando solución al problema. Instruye a las personas en la idea clave que tú tienes, la cual hace posible la resolución de esta dificultad correctamente.
Mira la labor de un dentista por ejemplo, ellos pueden decir que son el camino a obtener una sonrisa perfecta, o son la persona perfecta a la cual acudir cuando tienes un dolor severo de muela, o los perfectos indicados para garantizar la buena salud de tus dientes.
En este caso, Priestley sugiere que ofrezcas 3 beneficios fundamentales que los demás tendrían como resultado de trabajar contigo.
Por otro lado, es importante tener un “back up” que certifique la solución que estás dando es la más indicada. Para esto puedes respaldarte en una persona que tenga una excelente reputación que pueda responder por ti, o proporcionar algunas estadísticas sobre un caso que añada peso a lo que estás diciendo.
5. ¿Por qué lo quieres?
Finalmente, se específico y audaz en el qué y por qué lo quieres. Una vez la gente sabe la razón por la cual haces algo y qué harás por los demás, ellos empezarán a seguir tu visión.
Deja a todos boquiabiertos. Nunca termines tu discurso con un tono plano. Querrás más bien terminar con una historia, una idea o una visión del futuro que agite a tu audiencia. La gente no suele recordar todo lo que dices, pero sin lugar a duda recordarán la forma en que los hiciste sentir.
Utiliza esta estructura para dar un discurso y ensáyalo. Puede que al principio suene un poco estructurado, pero con la práctica tendrás más claridad en tu mente y serás capaz de hablar de tu idea naturalmente.
Si tu discurso suena demasiado recitado, significa que no has ensayado lo suficiente.
@vccomunicaciones
Idea original: DANIEL PRIESTLEY – KEY PERSON OF INFLUENCE
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