Los escenarios de asuntos sociales demandan una mayor participación de los líderes, a través de su presencia y exposición mediática. Empiezo haciendo esta precisión porque es importante ubicar dentro de las prioridades de una organización al equipo de comunicación, profesionales acreditados con experiencia comprobada.
Alguien me puede decir que la experiencia es suficiente, pero para mí, la experiencia debe ser comprobada. Que sus integrantes hayan pertenecido a una sala de prensa electoral, que tengan la convicción que su trabajo es el eslabón para el engranaje de conocimientos; para desarrollar estrategias y que tengan la habilidad de utilizar un lenguaje apropiado para la emisión de los mensajes. Estas fortalezas se adjuntarán en la construcción de la imagen del candidato.
Así empezamos a conformar un equipo de Comunicación, teniendo desde la cabeza a un experto en Comunicación Política; el que entienda a la política como servicio; que empate la necesidad de las audiencias y de las relaciones públicas a través de la tecnología. El que presenta estrategias para lograr impactos y sostener la credibilidad; el que hace que los políticos utilicen las palabras correctas. El que sabe que la Comunicación Política, es una ciencia y se estudia.
Con estos antecedentes, insisto que el equipo de Comunicación en una organización Política es uno de los brazos ejecutores, que ha movido el organigrama en la estructura de campaña y está literalmente liderando la pirámide. De ahí que la importancia de tener un “equipo” de comunicación con perfiles de alto nivel de capacidades que puedan lidiar con las exigencias del mundo real y virtual para lograr la conexión de los líderes con los ciudadanos.
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