89 años fueron suficientes para quedar en la historia. Dolores Cacuango, nació el 26 de octubre de 1881, y este día se recuerda su nacimiento como una fecha que perdurará en el tiempo y se recordará a la lideresa de cambios y lucha por los derechos de los pueblos indígenas.
La activista ecuatoriana que impulsó conquistas y derechos de los pueblos es oriunda de Cayambe, creció y vivió sus primeros años en medio de las chacras y la tierra, cultivando granos, arreando animalitos y viendo la explotación que sus padres vivían porque trabajaban sin recibir remuneración. El destino se apresuraba para con un escenario único para esta mujer que desde los 15 años fue obligada a trabajar como empleada doméstica en Quito. Recordemos que en esos tiempos, nuestros indios y negros eran considerados para servir. Toda la impotencia que se siente cuando eres sometido, se convirtió en fuerza y templanza. Se propuso un objetivo, cambiar a la sociedad, y que los derechos de las personas sean respetados. No fue fácil para ella, pero su voz fue escuchada y su ira se convirtió en fortaleza. Peleó por la justicia económica, derechos territoriales y educación. Dolores Cacuango, defendió la tierra, a su estilo, formó movimientos comunitarios que se agrupaban para evitar la venta de su tierras y por ende la explotación. Fue la artífice de la creación de la Federación Ecuatoriana de Indios que aglutinó a los pueblos indígenas, fomentando regular derechos y participación económica y cultural. Con el paso del tiempo, su templanza y decisión convierten a Dolores la figura más representativa de las comunidades indígenas, llena el deseo de cambiar siglos de explotación. LA EDUCACIÓN UNA DE SUS PRIORIDADES Erradicar el analfabetismo, o por lo menos que los pueblos se eduquen, era una de sus prioridades, que para ella era el arma de romper las cadenas y abuso del poder. Ella logró la apertura de escuelas sindicales en Cayambe. Dolores contribuyó al establecimiento de las primeras escuelas bilingües de Ecuador, para que se enseñara el español y quichua. Es una destacada referente de la izquierda y el feminismo de principios del siglo XX en Latinoamérica. Dolores se casó con Luis Catucuamba con quien vivió en Yanahuayco, cerca del pueblo de Cayambe. Allí trabajaron en la agricultura y tuvieron nueve hijos, ocho de los cuales murieron a raíz de enfermedades vinculada a las escasas condiciones de salubridad que había en la zona. El único hijo que sobrevivió fue Luis Catucuamba, que se dedicó a la docencia, tal como su madre quería. Como activista también se centró en reivindicar las condiciones laborales de su pueblo, que era explotado en manos de un pequeño grupo de poder. “Nosotros somos como los granos de quinua si estamos solos, el viento lleva lejos. Pero si estamos unidos en un costal, nada hace el viento. Bamboleará, pero no nos hará caer”. Ésa es una de las tantas frases que inmortalizó Dolores Cacuango y que dejan en claro su visión de lucha colectiva
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